Las nuevas tecnologías lo están cambiando absolutamente todo, e incluso ya existe lo que se conoce como testamento digital. Cuando una persona fallece, ¿qué pasa con sus cuentas en redes sociales, con su correo electrónico, con su dinero virtual, con toda la información que tiene almacenada en la nube, con sus claves…? El testamento digital ya está regulado en la Ley de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales.
Se trata de un documento en el que el testador detallada qué quiere que suceda con su información digital después de su fallecimiento: conservarla, borrarla, remitirla a familiares… Del mismo modo que el testamento al uso, para que tenga validez legal, debe ser formalizado ante notario.
¿Qué tipos de testamento digital existen?
El más habitual de todos es el testamento digital detallado. Alberga de forma detallada y concreta toda la información digital del testador, tanto de carácter público como privado: redes sociales, suscripciones, cuentas bancarias…
Se puede incluir la información de servicios de almacenamiento en la nube, como Google Drive o Dropbox, detallando los usuarios y contraseñas para acceder. Además, es conveniente incluir los servicios online que se utilizan con frecuencia y que tienen asociadas tarjetas bancarias cuando ya no se van a utilizar.
Uno de los aspectos más importantes de todos es el de las suscripciones. Hay que cancelarlas porque, de lo contrario, después del fallecimiento del titular, van a seguir cobrándolas. Hay que detallar por lo tanto los usuarios y las contraseñas en el testamento digital para que los herederos las cancelen.
Existe por un lado el conocido como testamento digital de emergencia. Tal y como su propio nombre indica, es un testamento dirigido a cubrir las necesidades más urgentes tras el fallecimiento del testador. Por lo general, cubre todas las contraseñas y las claves para manipular la información digital, como la cuenta de correo electrónico, las cuentas bancarias, los servicios en la nube…
Redes sociales y servicios en la nube
Es interesante destacar que Facebook, la red social más popular del mundo, cuenta con un sistema interno para la adecuada gestión de los datos ante el fallecimiento de un usuario. Para ello, la compañía estadounidense ha creado la figura del contacto de legado. Un amigo o una persona de confianza que el testador designa para que se encargue de la gestión de su cuenta tras su fallecimiento. Este contacto tiene una serie de opciones como redactar un obituario o cambiar la foto de perfil. Sin embargo, las opciones son limitadas, y no puede acceder a los mensajes privados ni eliminar fotos.
Por terrible que parezca, en estos momentos fallecen cada minuto tres usuarios de Facebook, nada más y nada menos. Además, la red social cuenta con más de 30 millones de cuentas de personas fallecidas.
Google también ha implementado para sus usuarios el testamento digital mediante la página de configuración de la cuenta, de forma 100% gratuita. Los usuarios pueden elegir tras qué plazo de inactividad Google debe proceder a la eliminación de todos los datos almacenados: 3, 6, 9 o 12 días. Además, pueden elegir a un contacto de confianza para que, de manera previa a la eliminación de los datos, Google se los envíe a un contacto de confianza.
Por último, cabe señalar la importancia de legalizar el testamento digital, del mismo modo que un estamento convencional. Lo mejor que puedes hacer es acudir a un notario para designar a un fiduciario, la persona que se encargará de entregar el testamento al amigo o familiar que indiques, asegurándote así de que se cumplen las instrucciones que has dado.
