Si tienes interés en contratar un seguro de salud, es importante que prestes atención a una serie de consejos para elegir el mejor. Así te aseguras que realmente se ajusta a tus necesidades concretas, y evitas pagar de más.
Necesidades médicas individuales
Como resulta lógico, no todas las personas tienen las mismas necesidades desde el punto de vista médico. Es por ello que existen distintos tipos de seguros de salud. Si eres de las personas que acude al médico de manera frecuente, lo más recomendable es que contrates un seguro sin copagos. Una modalidad en la que debes abonar una prima mensual en la que se incluyen todos los servicios médicos.
Si en cambio no acudes al médico de forma habitual, quizá sea más conveniente la contratación de un seguro con copagos. En este caso, la prima mensual tiene un precio más económico, pero debes abonar una determinada cantidad económica cada vez que recibes un servicio.
En cualquier caso, es importante que prestes atención a las características y coberturas del seguro que vas a contratar, de modo que se ajuste de forma concreta a tus necesidades médicas.
Enfermedades previas
Cuando contratas un determinado seguro médico, la compañía aseguradora te exige completar un cuestionario, en el que debes responder a una serie de preguntas vinculadas a tu estado de salud.
A la hora de responder por las enfermedades que sufres, así como alergias o intervenciones quirúrgicas, debes ser completamente sincero. Es la forma que tiene la compañía aseguradora de valorar el riesgo.
En muchos casos las aseguradoras no cubren los gastos derivados de enfermedades que padecías con anterioridad a la contratación de la póliza.
Cuadro médico de la compañía aseguradora
Si tienes una patología y te han recomendado acudir a un determinado médico o a un centro en concreto, de forma previa a contratar el seguro de salud, debes consultar el cuadro médico de la compañía aseguradora.
Se trata de un panel de información en el que puedes consultar los profesionales médicos, además de los centros, que están vinculados a dicha compañía aseguradora. De este modo, si lo que buscas no está incluido en dicho cuadro médico, deberás buscar otra aseguradora o bien acogerte a una de las siguientes opciones: elegir una póliza de reembolso o asumir el coste íntegro de la consulta.
Coberturas
Por supuesto, del mismo modo que cuando contratas cualquier otro seguro, debes fijarte muy bien en las coberturas y los límites de cada una de ellas. Por lo general, en una póliza del ámbito médico, te encuentras con diversas coberturas que hacen referencia a diferentes ámbitos: enfermería, rehabilitación, odontología, etc.
No obstante, no todos los seguros de salud incluyen todas las prestaciones, ni tampoco tienen los mismos límites. Es por ello que resulta tan importante que valores este aspecto ya que por ejemplo puede haber dos seguros que incluyan la cobertura dental. Sin embargo, uno de ellos cubre dos sesiones anuales, y otro ocho.
Debes elegir el seguro valorando cuáles son tus necesidades médicas concretas. Así evitas pagar por coberturas que no vas a aprovechar, pero sin quedarte corto.
Carencias
Para elegir un buen seguro de salud tienes que estar muy atento a los periodos de carencia con los que cuentan algunas prestaciones médicas. ¿Qué quiere decir esto? Que existe un plazo de tiempo desde el momento en el que contratas la póliza hasta que puedes utilizar los servicios.
Los más frecuentes tienen lugar en la gestación. En la gran mayoría de los casos deben transcurrir entre 6 y 10 meses desde la contratación del seguro hasta que este se hace cargo de los gastos derivados del embarazo y el parto.
