Aunque la muerte continúa siendo un tema tabú y a nadie le gusta pensar en ella, todos sabemos que se trata de un momento muy duro para los familiares del fallecido. Al golpe emocional que implica perder a un ser querido, se une la necesidad de tener que hacer frente a un importante desembolso económico.
Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el coste promedio de un entierro en España es de 3.500 euros. Teniendo esto en cuenta, es 100% recomendable contratar un seguro de decesos que cubra todos los gastos que se deriven del fallecimiento, evitando así que la familia tenga que hacer frente a esta carga económica.
Cualquier persona que resida en España puede contratar un seguro de decesos. Además, es una póliza familiar, que ofrece cobertura a todos los miembros de la familia a través de una única póliza.
Seguro de decesos: qué es y coberturas
El seguro de decesos es una póliza que cubre los gastos derivados del fallecimiento de una persona hasta el límite del capital asegurado. Los principales gastos que están cubiertos por el seguro son: coste del féretro, tiempo que el féretro está en el tanatorio, esquelas, coche fúnebre e incineración o entierro.
Además, otra de las coberturas básicas son las gestiones administrativas. De esta manera, los familiares son sustituidos por profesionales que se encargan de todo el papeleo, o bien se les facilita esta tarea mediante el asesoramiento. Las gestiones administrativas que se derivan del fallecimiento son: obtención del certificado de defunción, solicitud de la pensión, baja del libro de familia, inscripción en el Registro Civil, adjudicación de herencias, partida de defunción, bajan del INSS y fe de vida.
Una vez contratado el seguro de decesos, la póliza está en vigor hasta el fallecimiento del asegurado. Además, si una vez abonados los actos y trámites del sepelio queda capital disponible en el seguro, la compañía aseguradora entrega a los herederos la cantidad sobrante.
En lo que respecta a la prima, puede ser constante, variar según la edad del asegurado, o ser una combinación de las anteriores:
- Seguro de decesos con prima natural: en este caso, la prima va aumentando con cada renovación anual. Por lo tanto, a mayor edad se paga más. La base de esta modalidad es el incremento del riesgo de fallecimiento en función de los años del asegurado.
- Seguro de decesos con prima nivelada: la prima se mantiene constante durante toda la vida del asegurado. En el momento de contratación de la póliza, la compañía aseguradora calcula el número de años que restan hasta el fallecimiento y fija una cantidad anual.
- Seguro de decesos con prima mixta: es una combinación de las dos anteriores. La cuantía de la prima aumenta de manera proporcional a medida que pasan los años, pero cuando se llega a una determinada edad, la cantidad se vuelve constante.
Existen una serie de coberturas adicionales que conviene conocer de antemano. Puede darse el caso de que la persona fallezca fuera de su lugar de residencia, y sea necesario repatriar el cuerpo. Para este tipo de casos, las compañías aseguradoras ofrecen la posibilidad de contratar una cobertura que incluya los gastos del traslado del cuerpo al país de origen.
Además, en los casos en los que el fallecimiento afecte a un familiar directo que se encuentra fuera del domicilio, el seguro de decesos también puede cubrir los gastos de desplazamiento hasta el lugar de sepelio.
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