Solo quedan unos días para que llegue una de las fechas más esperadas de todo el año: la Navidad. Unos días de amor y felicidad que todos compartimos con nuestros seres queridos. Pero no hay que olvidar que es precisamente en esta época del año cuando se registran el 30% de los accidentes domésticos de todo el año. Las intoxicaciones alimentarias son las más comunes de todas, seguidas de atragantamientos con alimentos y golpes de familiares. Sí, en estas fechas en las que las familias se reúnen, y comen y cenan juntas, se registran un gran número de agresiones, muchas de las cuales terminan con contusiones y otras lesiones. Otros accidentes comunes son las quemaduras con petardos el 31 de diciembre y las caídas al decorar la casa.
Por lo tanto, aunque la llegada de la Navidad es motivo de alegría, no hay que que obviar el gran número de accidentes domésticos que se registran en estas fechas.
Atragantamientos, quemaduras e intoxicaciones en Navidad
El atragantamiento da lugar a tos y, en los casos más graves, dificultades para respirar con normalidad. Si la tos no permite expulsar la comida, lo más recomendable es llamar al teléfono de emergencias a la mayor brevedad posible y aplicar la conocida como maniobra de Heimlich. Consiste en abrazar a la persona que se está atragantando por debajo de las axilas y empujar con el puño hacia arriba en la parte superior del estómago, ejerciendo presión.
Cuando una persona se está ahogando el tiempo juega un papel clave. La falta de suministro de oxígeno al cerebro durante más de 5 minutos puede provocar daños cerebrales irreversibles. Si el tiempo supera los 10 minutos, existe un alto riesgo de sufrir muerte cerebral.
En ningún caso es recomendable dar de comer uvas enteras, con piel y pepitas, en Fin de Año a los menores de cinco años. Si los niños quieren uvas, tenemos que cortarlas en trozos muy pequeños y quitarles la piel y las pepitas, Así evitamos sustos.
Las uvas tienen el diámetro perfecto para producir una obstrucción de las vías aéreas. Su forma ovalada, moldeable y con una piel resbaladiza, hacen que los niños puedan tragarlas casi de forma involuntaria, sin masticarlas. Así, las uvas actúan a modo de tapón, impidiendo respirar a los más pequeños. De no actuar de forma rápida, pueden incluso provocar la muerte.
Los expertos explican que en el caso de los adultos los principales riesgos son hablar mientras se come y no masticar de forma adecuada los alimentos. Durante la Navidad, y sobre todo en Nochevieja, son muchas las personas que acuden a urgencias por episodios de atragantamiento.
Hay una tradición muy “romántica” que es la de colocar un anillo de oro en el interior de la copa de champán. Sin embargo, es muy peligroso porque ya se han dado algunos casos de atragantamiento por esta práctica.
En cuanto a la intoxicación alimentaria, que generalmente se da por tomar mayonesa en mal estado o pescado no fresco, se recomienda tomar líquidos en pequeños sorbos para así evitar la deshidratación. Los síntomas más comunes son vómitos, diarrea y náuseas.
Y, por último, las quemaduras por el lanzamiento de petardos para dar la bienvenida a 2020. Según el grado es importante acudir a un centro de salud para tratamiento médico. Si la quemadura es muy leve es suficiente con aplicar agua fría y acudir a la farmacia.
Si es más grave, hay que evitar hacer lo siguiente: retirar la ropa que está pegada a la piel, tocar las ampollas, administrar algún medicamento y aplicar remedios caseros ya que aumentan el riesgo de infección.