Si no quieres poner en riesgo tu negocio e inversión, debes contratar un seguro de responsabilidad civil para tener las reclamaciones por daños tanto personales como materiales. Hacer frente a una indemnización por una reclamación puede hacer que tu negocio vaya a la quiebra, razón por la cual la contratación de esta póliza es una de las primeras cosas que debes hacer al ponerlo en marcha.
Se trata de un seguro que cubre las reclamaciones por daños ocasionados a un tercero. Si causas un determinado daño a un tercero de forma accidental, tienes la responsabilidad civil de repararlo o compensar económicamente por ello. La póliza de responsabilidad civil cubre estas indemnizaciones a favor del tomador de la póliza.
Ahora bien, no todas las pólizas de responsabilidad para autónomos y empresas son iguales. Dependen de un amplio abanico de factores, como la actividad realizada y el riesgo de la misma, el volumen de facturación y las coberturas contratadas. Cabe señalar que si no tienes las coberturas o los capitales asegurados adecuados puede producirse lo que se conoce como infraseguro en caso de siniestro.
Seguro de responsabilidad civil en un negocio
Es de especial interés conocer cuáles son las coberturas que ofrece esta póliza:
- Daños personales: son los más graves de todos y se refieren a las lesiones que sufren personas como consecuencia del daño originado por tu actividad profesional. Puede ser un problema leve, pero en caso de que dé lugar a una discapacidad o al fallecimiento de un tercero, la indemnización puede alcanzar cifras astronómicas, de ahí la importancia de contar con un buen seguro.
- Daños materiales: son los más comunes. Hacen referencia a los elementos que han quedado inservibles y tienen que ser reparados o sustituidos cuando se produce un accidente del que tu negocio es responsable.
- Perjuicios económicos a terceros: hace alusión a las pérdidas económicas que puede sufrir el propietario de un local afectado por el daño causado por tu actividad. Por ejemplo, si se produce un incendio en tu local que afecta al inmueble contiguo y este tiene que cerrar durante varias semanas para restaurarlo. La responsabilidad civil engloba también las pérdidas generadas por ello.
Del mismo modo que el resto de seguros, el de responsabilidad civil, además de las coberturas básicas, incluye otras coberturas adicionales que puedes contratar de manera opcional. Son las siguientes: daños a vehículos que estén estacionados en el aparcamiento de las instalaciones del negocio, pago de fianzas, defensa jurídica y costes judiciales, daños por agua de cualquier tipo y protección de las materias primas o productos adquiridos a terceros desde que salen del almacén hasta que llegan a tus instalaciones.
Las coberturas más relevantes para cubrir las diferentes actividades de las organizaciones son las siguientes:
- Responsabilidad civil general: es la cobertura básica que cubre las reclamaciones por daños personales o materiales a terceros durante el desarrollo de la actividad.
- Responsabilidad civil patronal: cubre las reclamaciones de los trabajadores tras sufrir un accidente laboral o de los familiares de estos en caso de fallecimiento, siempre y cuando exista negligencia por tu parte como empresario.
- Responsabilidad civil producto: tu negocio debe tener cubierta cualquier reclamación por perjuicio o daño que venga derivado de los productos que vendes.
- Responsabilidad cruzada: se aplica en el ámbito de las contrataciones y subcontrataciones. La cobertura cruzada recae sobre el empresario principal cuando los trabajadores de una empresa subcontratada, sufren daños personales.
- Responsabilidad civil inmobiliaria: como propietario del inmueble en el que se ubica el local esta cobertura te protege ante las reclamaciones de terceros por daños causados por el local.
