En el año 2022, según un estudio realizado por ‘Deloitte’, el 94% de las empresas en España experimentaron al menos un incidente de ciberseguridad. Esta estadística situó a España como el tercer país con mayor cantidad de ciberataques a nivel mundial, quedando solo detrás de Turquía y Japón. Los sectores más afectados por estos incidentes fueron la banca, la administración pública, los seguros y las telecomunicaciones. Las brechas de seguridad en las organizaciones tienen consecuencias significativas, no solo en términos de pérdidas económicas sino también en la confianza depositada por clientes, proveedores e inversores.
A menudo se piensa que los ciberataques afectan únicamente a grandes empresas, pero según datos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), en España, los ataques contra PYMEs y negocios pequeños están aumentando. El seguro cibernético brinda una cobertura a las compañías no solo contra los daños sufridos, sino también contra los perjuicios económicos causados a terceros. Esto se ha convertido en un elemento clave para mitigar las repercusiones de los ciberataques en el tejido empresarial.
Cuando una organización sufre un ciberataque, el enfoque suele estar en las pérdidas económicas que este hecho conlleva. Sin embargo, las repercusiones más significativas se encuentran en la pérdida de reputación y clientes, lo cual puede resultar desastroso para las pequeñas y medianas empresas (PYMEs). Una filtración de datos se percibe como una violación de la confianza por parte de la empresa, lo que lleva a que muchos clientes decidan llevar su negocio a otros lugares. Además, la pérdida de reputación puede dificultar considerablemente la atracción de nuevos clientes.
Aunque existen diversas medidas para limitar la pérdida de clientes y restaurar la reputación de la empresa, reparar este daño constituye un proceso complejo. Por esta razón, es crucial que empresas de todos los tamaños y sectores consideren la contratación de un seguro de ciberriesgo. Este tipo de póliza está diseñada para proteger a las organizaciones de las consecuencias de los ataques cibernéticos.
Beneficios y coberturas del seguro cibernético
Contratar un seguro de ciberriesgo conlleva una serie de beneficios sustanciales para las empresas. Ante un ataque cibernético, la aseguradora asume los costes asociados a la limpieza de malware, la recuperación de datos y la restauración de sistemas comprometidos. Además, las compañías tienen la opción de adquirir un programa de prevención que incluye un análisis exhaustivo de riesgos y vulnerabilidades, así como la implementación de software especializado para prevenir ataques de ransomware y otras amenazas.
En cuanto a las coberturas ofrecidas, una de las más importantes es la pérdida o sustracción de datos, la aseguradora cubre los costes asociados a su recuperación y realiza investigaciones para identificar el origen del incidente y reducir su impacto. El seguro también cubre daños y perjuicios que puedan surgir por reclamaciones de terceros debido al robo, pérdida o divulgación de datos confidenciales. Esto incluye gastos legales, fianzas judiciales e indemnizaciones.
La póliza proporciona servicios para gestionar incidentes de seguridad, con asistencia disponible las 24 horas del día para restaurar sistemas, recuperar información y eliminar rastros digitales comprometidos. Asimismo, es muy recomendable contar con la cobertura de servicios preventivos que permitan acceder a técnicos informáticos. Estos profesionales realizan análisis de vulnerabilidades, detectan y bloquean posibles ataques, y ofrecen asesoramiento especializado para fortalecer la seguridad cibernética de la organización.
La mayoría de las aseguradoras proporcionan un conjunto de coberturas estándar que son comunes en los seguros de ciberriesgo. La Responsabilidad Civil ofrece protección para gastos legales y posibles indemnizaciones derivadas de reclamaciones de terceros por incidentes de seguridad o pérdida de datos. También ofrecen la posibilidad de notificar las incidencias a la Agencia de Protección de Datos para cumplir con las obligaciones legales.
