La tecnología avanza a la velocidad de la luz, y uno de los inventos más revolucionarios del siglo XXI es el de los coches autónomos. El 1 de julio de 2016 fue una fecha que quedó grabada para siempre en la historia ya que el primer vehículo autónomo recorrió varios cientos de kilómetros. Ocurrió en Estados Unidos y el ocupante del vehículo fue Joshua Brown, un exmarine que activó el piloto automático y se olvidó por completo de la conducción, hasta el punto de ver una película de Harry Potter durante el trayecto. Sin embargo, el sol deslumbró los sensores del vehículo, y éstos no activaron los frenos cuando un tractor con remolque ocupó la calzada.
Ahora, cinco años después, Reino Unido está barajando la posibilidad de permitir la circulación de vehículos autónomos por sus carreteras. Según las previsiones actuales, en 2035 circularán 50 millones de vehículos autodirigidos que reducirán el número de accidentes de tráfico.
¿Quién es el responsable en caso de accidente?
A día de hoy, ya existen vehículos autónomos que circulan solos, sin necesidad de que nadie los conduzca. Sin embargo, no hay ningún país que permita su circulación ya que hay varios dilemas éticos que hay que resolver primero.
En Estados Unidos y China, desde finales de 2020, pueden circular los vehículos tipo 4, esto es, los que son cuasi autónomos. Son aquellos vehículos que se pueden conducirse de la manera tradicional, o también pueden conducirse solos. En Europa muy pronto se aprobará la normativa para los vehículos autónomos tipo 4. Si todo va bien, los vehículos totalmente autónomos, tipo 5, podrán circular por las carreteras europeas para el año 2030.
Este tipo de vehículos cuentan con muchos sensores y sistemas que capturan la información del exterior y actúan en consecuencia. Gracias a la Inteligencia Artificial, pueden disminuir o aumentar la velocidad, girar, frenar… sin la intervención humana.
Una de las principales dudas que se plantean se da cuando el propio vehículo tiene que decidir si poner en peligro la vida de los ocupantes o de las personas que hay en el exterior. ¿Cómo se toma esta decisión y, en caso de accidente, quién es el responsable subsidiario del mismo? ¿El fabricante del vehículo? ¿La persona que ha integrado la Inteligencia Artificial?
En teoría, el sistema debería valorar todas las variables, y tomar la decisión que menor daño humano cause. Por ejemplo, si el vehículo va a atropellar a seis personas y, a cambio, el conductor va a sufrir un accidente si no las atropella, lo que debería hacer es esquivar a esas personas.
¿Qué tipo de vehículos autónomos existen?
Resulta de especial interés conocer los seis niveles establecidos por la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE):
- Nivel 0 – No automatización: son los vehículos más comunes en la actualidad. El conductor realiza todas las maniobras y tareas.
- Nivel 1 – Conducción asistida: son vehículos que cuentan con sistemas que controlan el frenado, la velocidad y la dirección.
- Nivel 2 – Automatización parcial: este tipo de vehículos pueden tomar el control de algunos sistemas, y el conductor puede dejar de controlar el volante y el acelerador durante periodos cortos de tiempo.
- Nivel 3 – Automatización condicional: en esta categoría entran los vehículos que pueden controlar funciones críticas de conducción, como el adelantamiento.
- Nivel 4 – Alta automatización: son vehículos que se conducen sin necesidad de que intervenga un conductor. Hacen uso de algoritmos de Inteligencia Artificial para responder ante las condiciones externas.
- Nivel 5 – Automatización completa: son los conocidos como vehículos robotizados, que no requieren ningún control de conducción.
La tecnología avanza a la velocidad de la luz, y uno de los inventos más revolucionarios del siglo XXI es el de los coches autónomos. El 1 de julio de 2016 fue una fecha que quedó grabada para siempre en la historia ya que el primer vehículo autónomo recorrió varios cientos de kilómetros. Ocurrió en Estados Unidos y el ocupante del vehículo fue Joshua Brown, un exmarine que activó el piloto automático y se olvidó por completo de la conducción, hasta el punto de ver una película de Harry Potter durante el trayecto. Sin embargo, el sol deslumbró los sensores del vehículo, y éstos no activaron los frenos cuando un tractor con remolque ocupó la calzada.
Ahora, cinco años después, Reino Unido está barajando la posibilidad de permitir la circulación de vehículos autónomos por sus carreteras. Según las previsiones actuales, en 2035 circularán 50 millones de vehículos autodirigidos que reducirán el número de accidentes de tráfico.